Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros, la democracia es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia. O libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas. No queremos arrebatar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres; lo que perseguimos es crear nuevas riquezas para aquellos que no tienen ninguna. No queremos dictadores desde arriba, como en el fascismo, ni dictadores desde abajo como en el comunismo.

Víctor Raúl Haya de la Torre, entrevista con el periodista Harry Hirschfeld, 23 de abril de 1946.

martes, 24 de septiembre de 2013

El dilema de la descentralización. Por Luis Zaldívar


Con el 2016 a la vuelta de la esquina y el poder económico de los caciques regionales en pleno auge, es muy importante poner en la agenda los problemas que afronta la descentralización, que en el Perú viene de la mano con una mala demarcación territorial, el fraccionamiento de la población en poblados demasiado pequeños, la creación de movimientos políticos locales que no promueven ni comparten una visión total del país, y la ineficacia en el gasto por parte de los gobiernos subnacionales. 
Los gobiernos municipales democráticamente elegidos fueron creados en 1963 gracias al impulso descentralizador que promovió Fernando Belaúnde en su primer gobierno, quien logró materializar décadas de discusión sobre cómo hacer que la administración pública no esté centralizada en Lima. Este inicio fue truncado por la dictadura de Juan Velasco Alvarado, pero volvió con la democracia el año 80, década en la cual se afianzó el poder democrático municipal y radicalmente descentralizó –cuando menos- la dinámica política del país. Sin embargo, hasta el día de hoy mantenemos el drama del fraccionamiento, manteniendo 1800 municipios cuando pudiesen haber mucho menos. Por poner un ejemplo, Brasil tiene menos de la mitad de municipios en un territorio inmensamente más grande.
A mediados de los 80´s, el APRA –por primera vez en el poder- empezó un segundo proceso descentralizador basado en las ocho regiones naturales del Perú que había tipificado Javier Pulgar Vidal; esta primera ley de regionalización buscaba articular los diferentes pisos ecológicos de nuestra complicada geografía y cambiar la demarcación territorial por departamentos - una clasificación basada en las posesiones de tierras virreinales (llamadas intendencias) y que hasta hoy no tienen mucho sentido económico o productivo. Sin embargo, como todas las dictaduras, el fujimorismo optó por cortar la descentralización, y para cuando volvió la democracia y se quiso volver a imponer la regionalización, el gobierno de Alejandro Toledo fracasó en lograr que los departamentos se unan y sobrepuso las regiones sobre los ya existentes departamentos, un esquema fracasado que hasta el momento sufrimos.
El segundo gobierno aprista optó por descentralizar el gasto, otorgándole a los gobiernos regionales y municipalidades dos tercios de los impuestos recaudados. Esto significó un impulso de empoderamiento para las regiones que se tradujo en obras para muchos peruanos, pero también vino acompañado de una corrupción inaudita y la ilusión de que la razón por la cual llegaban las obras era porque los movimientos independientes locales sí pensaban en su gente en vez de los partidos nacionales. En la realidad, sólo era que tenían mucho más dinero para gastar. 
 Para pensar en la regionalización hacia el futuro debemos considerar algunos puntos muy importantes: 1) el peruano, en su mayoría, se siente identificado con su provincia y no necesariamente con su departamento (ejemplo notable: los cañetanos no se sienten limeños estando en la misma región/departamento); 2) mientras que no se termine de cerrar la brecha de infraestuctura en caminos, la población seguirá aislada una con la otra y fracasarán los ordenamientos territoriales, 3) La migración a la costa por la baja productividad en algunas zonas de la tierra es algo prácticamente inevitable, 4) El 70% del territorio es selva que no tiene un esquema planificado de producción, 5)El crecimiento sostenible demanda derivar la migración hacia Lima a otras ciudades en crecimiento y 6) se debe fortalecer los organismos de control del Estado para reducir la corrupción. 
El gobierno de Humala pasará a la historia como la gestión que desaceleró el país y terminó de dividir a los peruanos. ¿Podremos recuperar el crecimiento con un país descentralizado de mala manera? El 2016 será la clave para optar por una democracia fuerte y verdaderamente descentralista que recupere el sentido de República

sábado, 21 de septiembre de 2013

Érase una vez la IV Convención Aprista. Por Hernán I. Hurtado

“…la convivencia no es vinculación entre el gobierno y el APRA. Sino la relación de acuerdo con normas democráticas y civilizadas entre todos los sectores políticos, amigos o adversarios sin mayores limitaciones que las señaladas por la democracia misma”
c. Ramiro Prialé Sec. Gral. PAP

(IV Convención Aprista Oct. 1959)

Sin duda la Convivencia merece un amplio y detenido análisis en pro de no sólo la historia política del siglo pasado, sino además de la vitalidad que cobra la democracia cuando es sustentada en compromisos e ideas de avanzada por encima de tupidos revanchismos. Esta forma de ver lo táctico o línea política permitió al APRA reinventarse, sin abandonar los principios, ante las variopintas adversidades, siendo sobretodo  estandarte irreemplazable de los sectores populares.

En este caso para octubre de 1959, en plena convivencia, se celebró la IV Convención Aprista, para reafirmar o disentir de la linea política respecto al gobernante de turno, Manuel Prado, y limar asperezas con un pequeño grupo separatista dirigido a control remoto por Luis de la Puente Uceda. Allí predominó la esencia democrática interna y la característica conducción y tino organizacional de Ramiro Prialé.

En tal sentido les invito a revisar el siguiente trabajo al respecto de la Convención de la Convivencia.




viernes, 6 de septiembre de 2013

EL SANMARQUINO VIOLENTO: EL ESTEREOTIPO AFIRMADO Por: Diana Cáceda Guillén

La seguridad y defensa nacional están por encima de la mal entendida ‘Autonomía Universitaria’
El estereotipo es el conjunto de ideas que se tiene de un grupo de personas a partir de la impresión que nos causan, esta  construcción se basa en la presunción de cualidades de una categoría, vale aclarar, lo que pensamos de algo a partir de cómo lo vemos y no necesariamente de cómo es en realidad, pero los sanmarquinos se han encargado de afirmar lo que todavía con dudas podía estar en el imaginario, con su actuar violento e irracional manifestado hace algunos días en la universidad de San Marcos con el vejamen del suboficial de tercera Roghell Medina Llaja que cumplía con labores de inteligencia en un seguimiento a miembros del MOVADEF en esta institución.

El problema del estereotipo es que no admite la excepción, las características que se adscriben al grupo,serán las mismas para todo sujeto que lo integre por el simple hecho de su pertenencia,así la comunidad sanmarquina es toda descalificada, ‘justos pagando por perturbados’. El otro problema es que  una vez fijado el estereotipo,este es de difícil supresión; pero lejos de pretender revertir esos esquemas de pensamiento el sanmarquino  lo reproduce y lo establece inalterable.

Aún si pretendieran justificar lo ocurrido como un hecho aislado y no como expresión delas características que se les atribuyen, fracasarían nuevamente. Por donde se le quiera ver es deplorable y vergonzoso que se haya golpeado y paseado desnudo con un cartel colgado al cuello a una persona, transgrediendo así sus derechos fundamentales. El artículo 1º de la Constitución Política del Perú que señala que “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado” no puede ser interpretado al antojo y tener validez  cuando convenga.
En ese mismo sentido la seguridad y defensa nacional están por encima de la mal entendida ‘Autonomía Universitaria’. Esta es autónoma como claramente expresa el artículo 18 de la Constitución “en su régimen normativo, de gobierno, académico, administrativo y económico”, además, “las universidades se rigen por sus propios estatutos en el marco de la Constitución”. El que el recinto universitario constituya domicilio  institucional no significa por tanto que le escape a la constitución peruana ni a las leyes cual embajada de Kuwait o cualquier otra, como muchos equivocadamente han decidido interpretar.

La infiltración fue cuestionada recurriendo a la ley posteriormente, ya si existía un mandato judicial o si el Consejo Universitario había sido informado o no, no importó en el momento en que los estudiantes se ensañaron con el suboficial. Es evidente que este procedió indebidamente al realizar los disparos al aire y es lo que se debe sancionar, pero no se puede caer en el amarillismo de chillar que pudo terminar en una masacre para justificar la violencia y los excesos cometidos. Además sospecho que a algunos de estos personajes lejos de aliviarlos el que no haya habido víctimas los decepcionó, puesto que a veces no parecen lamentar la muerte sino que la aprovechan para alimentar odios y con ello promover más violencia.
Si el compañero estigmatizado desea hablar de derechos debe empezar por no transgredirlos.

Si bien los estereotipos son un conjunto muy simple de ideas pueden ser eventualmente utilizados como información valedera para asuntos más complejos en perjuicio propio. Actuar con coherencia y rechazar actos irracionales hará que esas connotaciones negativas acerca del sanmarquino se diluyan.