Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros, la democracia es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia. O libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas. No queremos arrebatar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres; lo que perseguimos es crear nuevas riquezas para aquellos que no tienen ninguna. No queremos dictadores desde arriba, como en el fascismo, ni dictadores desde abajo como en el comunismo.

Víctor Raúl Haya de la Torre, entrevista con el periodista Harry Hirschfeld, 23 de abril de 1946.

domingo, 6 de julio de 2014

John A. Mackay, Mariátegui y Haya de la Torre e encuentran en un nuevo e interesante libro. Por Milton Guerrero

El autor
Una persona de quien se lee, habla, analiza y escribe casi 100 años después de sus primeros escritos, sin duda convoca la atención no solo de los protestantes como bien expresa Samuel Escobar, sino de todos quienes sentimos la necesidad de volver a convocar y reunir las “Sociedades de Ideas” que tanto demanda nuestro país y sus circunstancias y de las que Mackay fuera tan entusiasta y promotor durante su permanencia en el Perú

“El gringo Mackay” (1889 – 1983) como se le conocía en los círculos y ambientes de la intelectualidad Limeña y en la Universidades Populares González Prada de las que fue profesor, vino desde la tierra de Adam Smith, Escocia y tuvo fecunda actividad en el Perú durante 1916 y 1925. Al decir de Luis Alberto Sánchez, era un puritano a toda prueba y pertenecía a la Iglesia Presbiteriana. 

John A Mackay llega al Perú en 1916, próximo al fin de la República Aristocrática; año en el que Abraham Valdelomar funda “Colónida”, el año siguiente, Clemente Palma calificaría de mamarracho al poema “El poeta a su amada” proponiendo amarrar a su autor Cesar Vallejo “en calidad de durmiente en la línea del ferrocarril a Malabrigo”. Al Colegio Anglo peruano Mackay invitará como docentes y maestros a Raúl Porras Barrenechea, Jorge Guillermo Leguía, Haya de la Torre, Arca Parró, Oscar Herrera. En la revista “Leader” que edita el Colegio, escribiría también Julio C. Tello.

Mackay funda el Colegio Anglo Peruano (hoy San Andrés), e interactúa en un enriquecimiento intelectual mutuo con José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre y Víctor Andrés Belaunde entre otros intelectuales y líderes de la época. En palabras de Julio Cotler refiriéndose a Haya y Mariátegui señala: ambos “sentaron las bases de un pensamiento y acción definidamente anti-oligárquicos y anti-imperialistas, orientadas a la participación política de las capas populares y sectores medios urbanos. Con ello iniciaron la formación de partidos de masa e ideologías populares” , signando la política peruana hasta la actualidad.



En 1918, Víctor Andrés Belaúnde funda la revista El Mercurio Peruano, revista en la que también escribiera Mackay. Posteriormente escribiría la Realidad Nacional intentando refutar a Mariátegu dando base al pensamiento socialcristiano. En el mismo entorno de tiempo (1919), Haya de la Torre, como miembro de la comisión de estudiantes asume la representación de los obreros en su lucha por las ocho horas, posterior pero en el mismo año, será elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú

Definitivamente era una época de ebullición ideológica y política, En esta época Mariategui, Haya de la Torre y Victos Andrés Belaúnde trazarían las ideas políticas del Perú predominantes desde fines de la década los veinte hasta la actualidad.

Es precisamente en dicho entorno de tiempo y en la relación con estos gigantes de la Intelectualidad y política peruana donde Tomas Gutiérrez desarrolla su análisis sacando a la luz hechos y circunstancias que mejoran nuestro entendimiento de dicha época y nos hacen reflexionar sobre la actualidad y futuro del Perú.

Mariategui es asistente libre a las clases de Mackay en las Universidades Populares González Prada y matriculara a sus hijos en el Colegio Anglo peruano, según recoge Pedro Arana en diálogo con Sandro Mariátegui, hijo del Amauta, “para que aprendieran la ética calvinista”.

En expresión de Mackay, “José Carlos Mariátegui fue el escritor mas erudito y dinámico sobre temas sociales en todo el continente sudamericano” En cuanto al enriquecimiento intelectual mutuo, Gutierrez anota una cita de La escena contemporánea que nos recuerda a Max Weber “el Marx burgués” y que podría bien derivarse de sus conversaciones con Mackay: “La crisis contemporánea es una crisis de estado demo liberal. La Reforma protestante y el liberalismo han sido el motor espiritual y político de la sociedad capitalista…”


Graduado en la Universidad de Aberdeen de Escocia, continua sus estudios en la Universidad de Princeton, luego lo hará en la Universidad de Salamanca. En Lima se gradúa de doctor en Filosofía y Letras en la Universidad Mayor de San Marcos con una magnífica tesis sobre Miguel de Unamuno incorporándose luego a la plana docente de la misma con la cátedra de Literatura Inglesa

Tomas Gutiérrez, autor del libro, nos presenta un interesante trabajo de Investigación en su libro. PROTESTANTISMO Y POLÍTICA EN LA VIDA Y OBRA DE JOHN A MACKAY (1917 –1936). Tomando el método sistemático que para el desarrollo de sus ideas usaba Mackay, analiza cronológicamente su biografía desde su formación académica inicial en Escocia, su vida y actividad cultural y política en el Perú y su destino académico final en la Universidad de Princeton

El libro nos ilustra sus ideas y acción, en cada etapa de su vida en la arena intelectual y social en el Perú, en donde Mackay fue un agente social “inteligente, fino y tenaz” como expresara Luis Alberto Sánchez. no fue un intelectual de balcón. Participó activamente en la vida cultural de Lima, quizá entonces, cosa que no ahora, era mas cercana al del silogismo irónico de Abraham Valdelomar: “El Perú es Lima; Lima es el jirón de la Unión, el jirón de la Unión es el Palais Concert; luego el Perú es el Palais Concert”; estaba lejano aún el inicio del desborde popular analizado por José Matos Mar .

La República aristocrática; denominación de Jorge Basadre, daría lugar a partir de 1919 a la República autocrática, iniciándose el “oncenio” de Leguía período de consolidación del predominio de la Inversión extranjera directa norteamericana, en desmedro de la anterior predominancia Inglesa. La denominada generación del centenario estaba ya realizando sus primeras expresiones surgiendo los bench marks que signarían el proceso político e histórico peruano hasta la actualidad: Haya, Mariátegui y Víctor Andrés Belaunde 

Valdelomar ya laureado, escribiría al alimon con José Carlos Mariátegui la pieza de teatro histórico. La Mariscala pieza referida a Pancha Zubiaga Bernales de Gamarra (1916). En 1917 una estúpida reacción a un artículo de Mariátegui sobre gastos militares, un grupo de ellos encabezados por el teniente José Vásquez Benavides, cobardemente, lo agredieron físicamente en la redacción de “El Tiempo”, local donde se editaba “Nuestra Época”. . 



En una llamada al final del capítulo II de El Otro Cristo Español, Mackay señala. “La sección precedente debe mucho a un admirable estudio de la religión en el Perú, por José Carlos Mariátegui que se halla en su libro Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.” Gutiérrez reproduce la nota de agradecimiento que Mackay remitiera a Mariátegui por el envío dedicado de los 7 Ensayos.

Sobre Haya de la Torre, Gutiérrez analiza la relación personal identificación de Mackay con pensamiento de Haya y su influencia en la evolución de las ideas de este sobre la Religión. Analizando escritos originales y los hallazgos de Samuel Escobar y de J Klaiber nos ilustra la influencia de Mackay en este aspecto, desde cuando el Joven Haya entonces muy identificado con González Prada expresara “cada vez que trato de pronunciar la palabra Dios, se me hace nauseas en la boca”, Haya evolucionara como expresa J Klaiber “Sin embargo, dicha actitud beligerante se modificó pronto bajo la influencia benévola de un nuevo amigo, el Dr. John A Mackay…fundador y rector del Colegio Anglo Peruano de Lima en donde Haya trabajaba a tiempo parcial para sostenerse mientras estudiaba en San Marcos y dirigía las Universidades Populares “ .

El libro confirma también una identificación estrecha con Haya de la Torre y con las ideas apristas; recoge una cita de El Otro Cristo Español donde expresa: “… no todos los radicales sociales de la nueva generación de Sudamérica son comunistas, y mucho menos hostiles al cristianismo. Tengo presente a uno en particular, el mas grande de todos ellos…..Me refiero a Haya de la Torre, que ha sido la figura de la nueva generación, destinado al parecer a desempeñar un papel importante en la vida futura del Perú y del continente entero”. Luego de las protestas lideradas por Haya de la Torre contra la Intención del Gobierno de Leguía de consagrar al Perú al Corazón de Jesús, Haya perseguido por la policía encontraría refugio brindado por Mackay en el internado del Colegio Anglo peruano, donde también él vivía; posteriormente sería capturado y deportado en Octubre de 1923.

En este contexto y desarrollo cronológico, no es casual que la cita de Shylock, personaje del Mercader de Venecia de William Shakespeare, utilizada por Mackay para graficar el Panamericanismo de los Estados Unidos , sea precisamente la misma empleada por Haya en su Nota preliminar a la 1ra Edición de El Antiimperialismo y el APRA graficando al Imperialismo Norteamericano. Recordemos que Mackay fue profesor de los cursos de Literatura Inglesa, Metafísica e Historia de la Filosofía Moderna en la Universidad de San Marcos.





Finalmente, pero no al último, estimo importante retomar lo que señalara Donald Smith, Rector de la Universidad Seminario Evangélico de Lima en la presentación del libro de Tomas Gutiérrez, sobre la importancia de retomar los desarrollos y propuestas de Mackay, “…evaluar su relevancia para nuestra generación y tal vez descartar algunos énfasis que consideramos no pertinentes”. El ensayo (de Gutierrez) nos puede estimular para buscar un camino propio en la tarea de expresar el pensamiento cristiano bíblico y evangélico como alternativa para los peruanos de hoy”. En el mismo acto, Pedro Arana, ex constituyente de la República y (1979) señaló la relevancia de un cristianismo de presencia y acción social, recordando dos contenidos del pensamiento de Mackay: Pensar y contextualizar para la acción y una permanente Misión Integral.