Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros, la democracia es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia. O libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas. No queremos arrebatar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres; lo que perseguimos es crear nuevas riquezas para aquellos que no tienen ninguna. No queremos dictadores desde arriba, como en el fascismo, ni dictadores desde abajo como en el comunismo.

Víctor Raúl Haya de la Torre, entrevista con el periodista Harry Hirschfeld, 23 de abril de 1946.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Revista PRESENTE N°1, Año 1 (7-12-1956)

Revista PRESENTE N°1, Año 1 (7 Dic. 1956)

Presentación por Hernán Hurtado

PRESENTE es una revista semanal que apareció el 7 de diciembre de 1956 hasta agosto de 1968, es decir, fue prensa que nació en democracia y solo vio el ocaso con la supresión de libertades tras el golpe militar de Velasco.

Los directores fundadores, Armando Villanueva y Humberto Silva Solís le impregnaron un amplio sentido periodístico, a pesar de su filiación ideológica la apuesta de esta empresa no escatimó en pluralidad. Andres Towsend[1] conoció del proyecto y desde la distancia participó y se le nominó también como director fundador.

En este primero número PRESENTE ofrece una sustancial postal periodística alternativa en contraposición a los semanarios de la época como “1956”[2]. El lector podrá apreciar el espíritu fresco de quien recupera la libertad de expresión y el estilo particular de involucrar a los actores políticos como tales, sin medias tintas ni ambages.

La naturaleza de la Convivencia no significó un cheque en blanco del Partido Aprista para con Prado, sino que jugó un rol de fiscalización y oposición constructiva desde cuanto espacio se tuviese ganado y a cinco meses del gobierno de Prado en esta edición se puede observar la conducta y la línea del aprismo para llamarle la atención al gobernante. Del mismo modo, en política internacional, el desarrollo del movimiento previo a la Revolución Cubana y la resistencia húngara sobreviviente de una aguda crisis.  









[1] En ese momento representante del Perú ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
[2] Dirigida por Genaro Carnero Checa y el nombre de la Revista cambiaba según el año (1957, 1958, 1959…)

sábado, 7 de diciembre de 2013

DISCURSO ANTE EL PROCESO ELECTORAL. Víctor Raúl Haya de la Torre 8-12-1931

Aproximación al Contexto del proceso electoral de 1931
Por Hernán Hurtado

El proceso electoral de 1931 tuvo dos  fuerzas políticas protagonistas, el Partido Aprista Peruano (PAP) y la Unión Revolucionaria (UR), lideradas por Víctor Raúl Haya de la Torre y Luis Miguel Sánchez Cerro respectivamente.

Haya de la Torre es proclamado candidato presidencial del Apra el 23 de febrero 1931, pero recién regresa al Perú, luego de 8 años en el destierro, el 12 de julio 1931. Acude al I Congreso del PAP (20 de agosto 1931) de donde se discute y recoge el primer programa del Apra. Luego pronuncia en la Plaza de Acho de Lima el célebre «Discurso-programa» (23 de agosto 1931). El PAP denuncia fraude electoral en octubre de 1931.

El fraude electoral orquestado por la oligarquía y huestes reaccionarias le dieron la presidencia a Sánchez Cerro y empezaría el período de los 16 meses de tiranía y el primer capítulo de masacres apristas.

El 8 de diciembre Haya de la Torre es recibido en Trujillo por un multitudinario mitin. El discurso pronunciado aquella tarde bautizado como “profético” tuvo como objeto promover la organización y la acción. Más allá del encuentro lirico del militante, la voz de orden apuntó a definir la fortaleza de la organización política frente a la historia. El lenguaje se rige por ser optimista, infatigable y vencedor. Es un mensaje de inicio de la victoria en el tiempo y una denuncia categórica a los oportunistas y claudicantes.


DISCURSO ANTE EL PROCESO ELECTORAL[1]. Por Víctor Raúl Haya de la TorreTrujillo 8 de diciembre de 1931


Compañeros:

Este no es un día triste para nosotros, es el día inicial de una etapa de prueba para el Partido. Vamos a probar, una vez más, en el crisol de una realidad dolorosa quizá, la consistencia de nuestra organización, la fe en nuestras conciencias y la sagrada perennidad de nuestra causa.

Quien en esta hora de inquietud, de sombrías expectativas inmediatas para nosotros, se sienta acobardado o sin fortaleza, no es aprista. Nosotros no queremos en el Partido apristas que duden de su causa o duden de sí mismos en los momentos de peligro. Nosotros no queremos cobardes. No queremos traidores. Y ser traidor en esta hora, es no sólo ser el Judas que nos vende, sino el cobarde que da paso atrás. Para uno y otro no hay lugar en nuestras filas. Aunque el Partido quedara reducido a lo que fue durante la tiranía de Leguía, nuestro deber nos impone eliminar despiadadamente a todo aquel que atemorizado por la victoria fugaz del fraude y de la usurpación crea que estamos perdidos.

¡No estamos perdidos!... Yo afirmo que estamos más fuertes que nunca. Porque gobernar no es mandar, no es abusar, no es convertir el poder en tablado de todas las pasiones inferiores, en instrumento de venganza, en cadalso de libertades; gobernar es conducir, es educar, es ejemplarizar, es redimir. Y eso no lo harán jamás quienes van al poder sin título moral, quienes carecen de la honradez de una inspiración superior, quienes capturan el Estado como botín de revancha. Ellos mandarán, pero nosotros seguiremos gobernando. Porque nosotros continuamos educando, organizando y dando ejemplo, vale decir, nosotros continuamos redimiendo. Quienes han creído que la única misión del aprismo era llegar a Palacio, están equivocados. A Palacio llega cualquiera, porque el camino de Palacio se compra con oro o se conquista con fusiles. Pero la misión del aprismo era llegar a la conciencia del pueblo antes que llegar a Palacio. Y a la conciencia del pueblo no se llega ni con oro ni con fusiles. A la conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros, con la luz de una doctrina, con el profundo amor de una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio... ¡Sólo cuando se llega al pueblo se gobierna: desde abajo o desde arriba! Y el aprismo ha arraigado en la conciencia del pueblo. Por eso, mientras los que conquistaron el mando con el oro o con el fusil crean mandar desde Palacio, nosotros continuaremos gobernando desde el pueblo.

La fuerza que da el mando, al servicio de la injusticia, de los apetitos de venganza, sólo es tiranía. Por la fuerza no se nos reducirá. Correrá más sangre aprista, nuestro martirologio aumentará su lista inmortal, el terror reiniciará su tarea oprobiosa, pero el aprismo ahondará cada vez más en la conciencia del pueblo. La bandera de nuestra causa agitará siempre más alta y más firme su idealidad de justicia. Y cumplida esta etapa de nueva prueba, insurgiremos con la omnipotencia de los invictos y demostraremos que las grandes causas no perecen por el miedo.

¿Esperar?... Sí, esperar, pero no esperar en el descanso, en la pasividad, en la falsa expectativa del que aguarda que las cosas vengan solas. Esperar en la acción, esperar con la convicción total de que los rumbos del destino los señalaremos nosotros. Sólo nuestra resolución de vencer nos dará la victoria final y ahora, más que nunca, debemos estar resueltos a vencer. La voluntad y sólo la voluntad es el timón de nuestro destino.

Yo también esperé ocho años, en la persecución, en la prisión y en el destierro. Ocho años de soledad que fueron ocho años de determinación indeclinable. Muchas veces estuve solo. Muchas veces supe de la tremenda realidad de la incomprensión y del olvido. Pero no desmayé nunca. La decisión de vencer, detenida por todos los obstáculos, no me abandonó un solo día. Me había propuesto que el Partido surgiera vencedor del olvido, de la ignorancia, del pavor, de la desorganización. Y el Partido insurgió poderoso. Mis ocho años de lucha estaban ganados. El aprismo es hijo de la voluntad que encarnó en el dolor de un pueblo, engendrando en él una fuerza orgánica y poderosa que habría de servirle de instrumento vital para alcanzar la justicia.

Desde entonces no he abandonado mi puesto: ¡no lo abandonaré nunca! Sabiendo que el aprismo como religión de justicia, como credo de libertad, es causa de acción, de lucha, de rebeldía, de batalla tenaz y perenne, no me asustan las adversidades cotizables. Más me asustarían las victorias fáciles porque podrían enervarnos. Ganar obstáculos, aprovechar con optimismo de todas las experiencias por duras que ellas sean, es cumplir la obra de superación que el aprismo necesita para hacerse digno de la gran victoria. Por eso, contemplo serenamente la iniciación de este nuevo período de prueba que hoy se anuncia. Con la curiosidad del padre o del inventor que quiere probar al hijo o la obra al embate de todas las resistencias, yo quiero ver al Partido soportando y venciendo en esta etapa dolorosa pero quizá necesaria para definir su fortaleza. Quiero que después de este duro examen, en el que vamos a probar nuestra fe, nuestra energía, nuestro espíritu revolucionario, nuestra indesmayable decisión de constructores del nuevo Perú, volvamos a encontrarnos limpios y dignos los unos de los otros. ¡Porque a quien quiera que se amedrente, jefe o militante, le llamaremos cobarde; y a quien quiera que claudique, jefe o militante, le llamaremos traidor!

Compañeros:

Hoy comienza para los apristas un nuevo capítulo de la historia del Partido. Las páginas de gloria o de vergüenza las escribiremos nosotros con sangre o con lodo. Hasta hoy, nada tenemos de qué sonrojarnos. Hemos dado ejemplo y si hemos perdido temporalmente, esta pérdida nos enorgullece porque ella implica para el aprismo la más alta y más hermosa victoria moral que haya inscrito partido alguno en la historia política del país. Declaro con orgullo que los apristas han respondido con admirable unanimidad al espíritu del Partido, a la consigna elevada de su gran programa. ¡Continuemos así! La unidad del Partido, la disciplina del Partido, la fe del Partido, no han perdido hasta hoy nada de su vigor o de su elevación. De hoy en adelante, la tarea será más difícil. Las vacaciones semidemocráticas que impuso nuestra fuerza han terminado. El Perú vuelve desde ahora al imperio del despotismo. Nosotros hemos ganado una organización cohesionada y formidable. Nuestro deber, nuestro gran imperativo, es seguir siempre adelante.

Somos el Partido del pueblo y la causa del pueblo vencerá. Yo estaré en mi puesto hasta el fin. Espero que cada uno de los apristas no abandone el suyo. Así, pasados los días siniestros que aguardan al Perú, resurgirá nuestra obra, todopoderosa. Entonces, los que ahora den paso atrás o nos vuelvan la espalda, llegarán tarde si intentan regresar. Porque el aprismo, que es justicia, que es redención, que es pureza y es sacrificio, rechaza a los claudicantes y a los oportunistas, a los que en las horas de buena expectativa nos brindaron su ayuda para abandonarnos después. Ahora más que nunca defendamos la unidad del Partido y ahora más que nunca seamos severos con nosotros mismos.

Con la alegría profunda de los luchadores fuertes, con la convicción de nuestra gran causa, con la decisión de vencer, seguimos adelante. Seamos dignos del pueblo y hagamos que el pueblo sea digno de nosotros. ¡Sólo el Aprismo salvará al Perú!



[1] Haya de la Torre, Víctor Raúl, Obras completas, tomo 5, págs. 87-90. Librería Editorial Juan Mejía
Baca, Lima, 3ª ed., 1984.

martes, 26 de noviembre de 2013

Región Lima Provincias: por una agenda para el desarrollo. Por Javier Ivan Arenas

Se van a cumplir doce años desde que nacimos como una región.  Desde el principio fuimos y (probablemente siempre seremos) una región sui géneris. Nacimos por la voluntad popular, expresión tranquila de que a veces la democracia funciona a fuerza de  movilizaciones. Somos también una región sin nombre. ¿Limaprovincianos? ¿Provincianos de Lima? ¿Qué somos?.

Podemos ser, lo que el libro de Robert Kaplan llama una “venganza de la geografía”. Una región atravesada como un cuchillo por Lima, la capital; y por lo tanto bipolar. Con dos ejes comerciales, culturales y económicos claros, Huacho en el norte y Cañete en el sur. Alguna vez De Gaulle le señaló a Nasser que Egipto tendría siempre una política árabe y una africana. Casi del mismo modo, nuestra región está condenada a tener dos políticas; la del sur que abarca  además de Cañete a Yauyos, Canta y Huarochirí  y la del norte a Huaural, Barranca, Cajatambo, Oyón y por supuesto a Huaura.

Nuestro territorio tiene una extensión de  32.126,44kilómetros cuadrados, o un 2.5% del territorio de la república. Si se quiere poner en perspectiva somos casi del mismo tamaño que Taiwán, un tigre del Asia. Nuestra población es de 861. 985 habitantes. 27 personas por kilómetro cuadrado. La tasa de analfabetismo es baja con respecto al promedio nacional; solo un 4.7%. Pero somos también sierra y ésta concentra (como en otras regiones)  la mayor cantidad de pobreza y pobreza extrema; Cajatambo, Yauyos y Oyón superan el 30% y 8% respectivamente.  


¿Cuáles son las oportunidades para convertirnos en una región próspera, donde el crecimiento se traduzca en desarrollo? La primera probablemente sea Lima como capital, nuestra cercanía nos da una ventaja comparativa frente a otras regiones. Y Lima es ya  la primera ciudad que tiene una clase media emergente, nueva, (chola si se quiere) y  pujante que demanda servicios cada vez más caros y eficientes. Por lo tanto el turismo es otra gran oportunidad. La tercera es que somos una región joven. El 37% de nuestra población está entre 19 – 25 años, lo que nos da un bono demográfico para el sector productivo. La tercera es que estamos mejor conectados entre las ciudades de provincias que el promedio nacional (aunque solo el 24% de la red vial está asfaltada) sin embargo la debilidad recae en la poca inversión pública para la construcción y mejoramiento de una red de caminos rurales, siendo estas zonas donde se concentran la pobreza y el minifundio. La otra oportunidad, la cuarta, es que somos todavía, a pesar del gran boom inmobiliario,  una región agrícola con once cuencas hidrográficas y con capacidad para ampliar la frontera agrícola; ¿qué hace falta? riego tecnificado. La quinta es que, aunque suene extraño decirlo,  somos una región minera y con pocos conflictos sociales por recursos básicos. La sexta, aunque según parece no ha sido rentable, es la carretera IIRSA que se construyó con la promesa de integrarnos al Brasil y todo indica que será lenta.       

Sin embargo hay una condición necesaria para que estas oportunidades comparativas devengan en competitivas y por ende en desarrollo y está en el juego de la política. En ese excelente libro escrito por James Robinson y Daron Acemoglú (¿Por qué fracasan las naciones?  Deusto 2012) la política se convierte en el marco institucional para el desarrollo y el progreso. La construcción del desarrollo equivale al diseño de instituciones que sean inclusivas y no extractivas, donde se entiende que el  poder sea trasladado a los ciudadanos a través de instituciones que den incentivos para liberar la fuerzas productivas.  Pero la política necesita de un “software”, de “mediano y largo plazo”, es decir de una agenda de políticas públicas programáticas que trascienda el tiempo y  convertirnos en una región competitiva, y eso equivale también a olvidarnos del populismo inmediatista.

En 1845 el periodista John L. O´sullivan en un artículo para el Democratic Review escribió una frase que recogía el carácter y sentimiento del pueblo americano. No se sabe exactamente si fue el inventor de la frase de “destino manifiesto” pero sí el contenido de tal: la creencia de Estados Unidos de expandirse hacia el Atlántico por el “derecho (…) a poseer todo el continente que nos ha dado la providencia para desarrollar nuestro gran cometido de libertad, y autogobierno”. El destino manifiesto fue ante todo un conjunto de lineamientos programáticos, de ideas políticas. ¿Cuál es el “destino manifiesto” de nuestra región?  No la tenemos. Y esta es la gran oportunidad para construir  una “agenda para el desarrollo”, una visión de largo plazo, un “destino manifiesto” autóctono.   

Hay ciertos momentos en el que la historia se vuelve como una “plastilina”; se la puede transformar,  acaso moldearla para que el crecimiento se convierta en desarrollo y por ende en calidad de vida. En el institucionalismo histórico a esos momentos se les llaman “critical junctures” o “coyunturas críticas” donde confluyen oportunidades externas y fuerzas internas y para aprovechar esas coyunturas críticas necesitamos de la política y el liderazgo capaz de hacerlo realidad.

jueves, 7 de noviembre de 2013

La verdad enredada. Agustín Haya de la Torre

Presentamos el ensayo de Agustín Haya de la Torre sobre las inconsecuencias y límites del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Importante lectura para un balance crítico del informe

jueves, 3 de octubre de 2013

¿QUÉ PASÓ CON LA REVOLUCIÓN APRISTA DE 1948? Por Hernán Hurtado

Teniente Juan Manuel Ontaneda Meyer
dos meses antes de la revolución

¿QUÉ PASÓ CON LA REVOLUCIÓN APRISTA DE 1948? Por Hernán Hurtado

Presentamos dos doscumentos relacionados a la revolución aprista del 3 de octubre de 1948. Primero, el ojoizquierdista Hernán Hurtado presenta una investigación sobre los hechos con datos y fotos exclusivas en el mundo virtual.

Hasta la fecha no tenemos un balance final de estos acontecimientos. Siguen esgrimiéndose argumentos a favor y en contra de dos tesis: 1. Que fue un levantamiento cívico-militar de simpatizantes apristas sin participación directa y conocimiento de Haya de la Torre y los líderes del Partido y 2. Que la jefatura y en general la alta dirección del PAP tenía pleno conocimiento de la organización del movimiento, dio la orden de actuar y luego se retractó sin poder contener a los insurrectos, optando finalmente por negar su participación "lavándose las manos".

Siguen difundiéndose argumentos dispares abismalmente. Lo cierto es que hubo un apresuramiento de los insurrectos que no permitió a todas las partes comprometidas coordinar adecuadamente. No podemos saber en forma terminante si hubo una "contraorden" difundida por un "joven vestido de negro", como asegura Víctor Villanueva, lo que es indudable es que hubo una "orden prematura" que encontró desprevenidos a muchos dirigentes y militantes apristas.








Además, presentamos en primicia el testimonio Vivencias Revolucionarias de Manuel Ontaneda, editado por Percy Murillo y Roy Soto Rivera.


miércoles, 2 de octubre de 2013

Haya Republicano. Por Alan Salinas

Alberto Vergara, en su reciente publicación “Ciudadanos sin República. ¿Cómo sobrevivir en la jungla
política peruana”, nos dice que en el Perú  del siglo XX no tuvimos experiencias republicanas ni  proyectos intelectuales republicanos. Nos cuenta que “…la mitad del tiempo fuimos gobernados por las Fuerzas Armadas. Los pocos intermedios democráticos desembocaron en el desgobierno…”. En lo intelectual, “…el vocabulario de la revolución y la clase ajustició al de las instituciones y el ciudadano…”. De las frases citadas por Vergara, en la primera le doy la razón. En lo que se refiere a proyectos intelectuales republicanos,  creo que  se equivoca, porque solo piensa en los intelectuales de izquierda que optaron por reflexionar el país criticando a la democracia. Pero se olvida en su análisis de los proyectos de país y de ciudadano de Haya de la Torre. Es así que en este artículo urge levantar la voz sobre el espíritu republicano de uno de los representantes más importantes en la historia política e intelectual peruana.

Escribir sobre el líder-fundador del partido aprista implica reflexionar sobre su contribución a la construcción de la república en el país en el siglo XX y sobre su trayectoria política. Ideas y persona relacionadas entre sí. Que si bien sigue siendo el proyecto republicano inconcluso, éste no está exento de sus avances, donde Haya de la Torre tuvo un rol protagónico. Fue un intelectual comprometido con su país. 

Octavio Paz, nos dice en  “El laberinto de la soledad”, : “…En Europa y Estados Unidos el intelectual ha sido desplazado del poder, vive en el exilio y su influencia lo ejerce fuera del ámbito del Estado. Su misión principal es la crítica; en México, la acción política…”[1]. Esta cita de Paz nos revela que, a diferencia de otras latitudes del mundo occidental, en el caso mexicano –y por extensión, el caso latinoamericano- la reflexión y la política se combinan, se vuelve un híbrido. Una de las máximas de Haya de la Torre nos refleja eso: “El principio está en la acción”. En ese sentido, los asuntos públicos se discuten desde la acción política.

Lo expuesto líneas arriba implican preguntarnos: ¿Qué es una república? “…Es una forma de organizar el poder donde se prioriza el autogobierno por parte de los ciudadanos. El autogobierno en el mundo contemporáneo se asegura por la existencia de unas instituciones representativas legítimas que median entre Estado y Sociedad y que intentan asegurar que el poder resida en última instancia en los ciudadanos…”, nos dice el politólogo Alberto Vergara en una entrevista reciente [2]. Carmen Mc Evoy precisa, en otra entrevista [3],  a la república como un proyecto nacional.

Dos ideas relevantes de estos autores saltan a la vista: “Autogobierno” y “Proyecto nacional”. Sobre la contribución reflexiva y de acción política de Haya de la Torre es extensa, y se puede revisar  “Política Aprista”, “El Antiimperialismo y el Apra”, “Mensaje a la Europa Nórdica”, entre otros textos. ¿Qué aportó en ellos? A diferencia de los intelectuales de la izquierda marxista, algo esencial para la forma de autogobierno democrático y de país: Los derechos sociales sumados a los derechos políticos, tales como la  libertad de organizarse, de expresarse, de insurgencia en casos de recorte de libertades y de asilo político, entre otros. ¡Pan con libertad! nos dice un cartel en la Casa del Pueblo. Asimismo, reflexionó y buscó la unidad nacional para poder enfrentar política y económicamente a otras potencias mundiales, como EE.UU. por ejemplo.
ello,

Veamos algunos pasajes de nuestra historia para comprender lo que líneas arriba Octavio Paz nos dice sobre el intelectual comprometido. De 1932 a 1933, Haya de la Torre sufrió prisión acusado de instigar al pueblo a la insurgencia popular contra el gobierno dictatorial de Sánchez Cerro. De 1945 a 1948, así como de 1956 a 1962, auspició aperturas democráticas. De 1949 a 1954, protagonizó una exitosa defensa del derecho de asilo desde la embajada de Colombia en Lima. Y en 1962 dio un ejemplo de hidalguía al renunciar a la posibilidad de acceder a la presidencia  de la República para evitar una interrupción de la democracia.

Pero cabe resaltar que desde una reflexión realista, Haya de la Torre nos advierte algo sobre esta
forma de autorganización. En una conferencia de octubre de 1945 [4], el líder aprista, citando a Platón, nos dice que: “…El riesgo de la ruina de las democracias puede ser el exceso de amor a su supremo bien”. “¿Cuál es? -le pregunta el interlocutor-“. “La libertad -le dice-, porque si se abusa de ella la democracia engendrará la tiranía”. En ese sentido, la preocupación constante de Haya de la Torre no fue exclusivamente reflexionar y luchar políticamente por la libertad y la justicia, y luego quedarnos ahí. No. El va más allá. Nos advierte también que debemos fomentar una cultura democrática responsable. En su tiempo, el partido-escuela fue el instrumento para generarlo. Educar al soberano lo llamo John Locke. Es ahí donde uno puede ver que el fin último fue el ciudadano. No fue nada fácil. Supo que el ideal republicano tuvo un camino empedrado de dificultades. En una sociedad política proclive al dominio de los señores de linaje, el pensó y actuó sigilosamente para alcanzar el ideal republicano. La Constitución de 1979 fue su expresión máxima.

Por otro lado, Haya de la Torre pensó también que la libertad del ciudadano no estaba garantizada per se en el principio. Había que mirar y compatibilizarla con los cambios tecnológicos y mundiales de la máquina [5]. Nuevamente, la realidad que muchos de nuestros intelectuales olvidan. Porque eso también nos hace libres. A medida que la industria de la máquina avanza, el hombre se aleja de su condición de dependiente. Estos cambios en la dinámica mundial nos generan una interpretación social y política del ideal republicano. Y en eso, sí se avanzó también.

Para terminar, Haya de la Torre nos ha legado la vasta reflexión  de un intelectual comprometido con el ideal republicano. Nos ha mostrado a través de su biografía que dichos  caminos  no son nada fáciles. Y  la crítica feroz de ese entonces, ya no es tal hoy en día. Casi la inmensa mayoría de peruanos abrazan las ideas de justicia social en democracia. La idea de unidad nacional, y no de clase, para fomentar un proyecto de país. Así como el de “no quitar la riqueza al que lo tiene; sino fomentarla para el que no la tiene”. Todo lo cual es bueno recordarselo al politólogo Alberto Vergara.

NOTAS:

1. Paz, Octavio. El laberinto de la soledad, Post data, Vuelta a El laberinto de la Soledad. 3era. edición. México. Fondo de Cultura Económica. 1999.
2. Para mayor detalle, véase el siguiente link: http://laprensa.pe/actualidad/noticia-alberto-vergara-alejandro-toledo-irse-politica-y-evitar-terminar-como-pillo-12706
3. Sobre la entrevista a Carmen Mc Evoy, ver aquí: http://laprensa.pe/espectaculos/noticia-carmen-mc-evoy-solo-apagamos-incendios-y-no-pensamos-que-queremos-peru-50-anos-12102
4. Haya de la Torre, Victor Raúl. “El Gran Desafío de la Democracia, 1945”. En Pensadores de la República. Ideas y propuestas vigentes para el Perú del siglo XXI. CEPLAN. Junio, 2011.

5. Ibid.

martes, 24 de septiembre de 2013

El dilema de la descentralización. Por Luis Zaldívar


Con el 2016 a la vuelta de la esquina y el poder económico de los caciques regionales en pleno auge, es muy importante poner en la agenda los problemas que afronta la descentralización, que en el Perú viene de la mano con una mala demarcación territorial, el fraccionamiento de la población en poblados demasiado pequeños, la creación de movimientos políticos locales que no promueven ni comparten una visión total del país, y la ineficacia en el gasto por parte de los gobiernos subnacionales. 
Los gobiernos municipales democráticamente elegidos fueron creados en 1963 gracias al impulso descentralizador que promovió Fernando Belaúnde en su primer gobierno, quien logró materializar décadas de discusión sobre cómo hacer que la administración pública no esté centralizada en Lima. Este inicio fue truncado por la dictadura de Juan Velasco Alvarado, pero volvió con la democracia el año 80, década en la cual se afianzó el poder democrático municipal y radicalmente descentralizó –cuando menos- la dinámica política del país. Sin embargo, hasta el día de hoy mantenemos el drama del fraccionamiento, manteniendo 1800 municipios cuando pudiesen haber mucho menos. Por poner un ejemplo, Brasil tiene menos de la mitad de municipios en un territorio inmensamente más grande.
A mediados de los 80´s, el APRA –por primera vez en el poder- empezó un segundo proceso descentralizador basado en las ocho regiones naturales del Perú que había tipificado Javier Pulgar Vidal; esta primera ley de regionalización buscaba articular los diferentes pisos ecológicos de nuestra complicada geografía y cambiar la demarcación territorial por departamentos - una clasificación basada en las posesiones de tierras virreinales (llamadas intendencias) y que hasta hoy no tienen mucho sentido económico o productivo. Sin embargo, como todas las dictaduras, el fujimorismo optó por cortar la descentralización, y para cuando volvió la democracia y se quiso volver a imponer la regionalización, el gobierno de Alejandro Toledo fracasó en lograr que los departamentos se unan y sobrepuso las regiones sobre los ya existentes departamentos, un esquema fracasado que hasta el momento sufrimos.
El segundo gobierno aprista optó por descentralizar el gasto, otorgándole a los gobiernos regionales y municipalidades dos tercios de los impuestos recaudados. Esto significó un impulso de empoderamiento para las regiones que se tradujo en obras para muchos peruanos, pero también vino acompañado de una corrupción inaudita y la ilusión de que la razón por la cual llegaban las obras era porque los movimientos independientes locales sí pensaban en su gente en vez de los partidos nacionales. En la realidad, sólo era que tenían mucho más dinero para gastar. 
 Para pensar en la regionalización hacia el futuro debemos considerar algunos puntos muy importantes: 1) el peruano, en su mayoría, se siente identificado con su provincia y no necesariamente con su departamento (ejemplo notable: los cañetanos no se sienten limeños estando en la misma región/departamento); 2) mientras que no se termine de cerrar la brecha de infraestuctura en caminos, la población seguirá aislada una con la otra y fracasarán los ordenamientos territoriales, 3) La migración a la costa por la baja productividad en algunas zonas de la tierra es algo prácticamente inevitable, 4) El 70% del territorio es selva que no tiene un esquema planificado de producción, 5)El crecimiento sostenible demanda derivar la migración hacia Lima a otras ciudades en crecimiento y 6) se debe fortalecer los organismos de control del Estado para reducir la corrupción. 
El gobierno de Humala pasará a la historia como la gestión que desaceleró el país y terminó de dividir a los peruanos. ¿Podremos recuperar el crecimiento con un país descentralizado de mala manera? El 2016 será la clave para optar por una democracia fuerte y verdaderamente descentralista que recupere el sentido de República

sábado, 21 de septiembre de 2013

Érase una vez la IV Convención Aprista. Por Hernán I. Hurtado

“…la convivencia no es vinculación entre el gobierno y el APRA. Sino la relación de acuerdo con normas democráticas y civilizadas entre todos los sectores políticos, amigos o adversarios sin mayores limitaciones que las señaladas por la democracia misma”
c. Ramiro Prialé Sec. Gral. PAP

(IV Convención Aprista Oct. 1959)

Sin duda la Convivencia merece un amplio y detenido análisis en pro de no sólo la historia política del siglo pasado, sino además de la vitalidad que cobra la democracia cuando es sustentada en compromisos e ideas de avanzada por encima de tupidos revanchismos. Esta forma de ver lo táctico o línea política permitió al APRA reinventarse, sin abandonar los principios, ante las variopintas adversidades, siendo sobretodo  estandarte irreemplazable de los sectores populares.

En este caso para octubre de 1959, en plena convivencia, se celebró la IV Convención Aprista, para reafirmar o disentir de la linea política respecto al gobernante de turno, Manuel Prado, y limar asperezas con un pequeño grupo separatista dirigido a control remoto por Luis de la Puente Uceda. Allí predominó la esencia democrática interna y la característica conducción y tino organizacional de Ramiro Prialé.

En tal sentido les invito a revisar el siguiente trabajo al respecto de la Convención de la Convivencia.




viernes, 6 de septiembre de 2013

EL SANMARQUINO VIOLENTO: EL ESTEREOTIPO AFIRMADO Por: Diana Cáceda Guillén

La seguridad y defensa nacional están por encima de la mal entendida ‘Autonomía Universitaria’
El estereotipo es el conjunto de ideas que se tiene de un grupo de personas a partir de la impresión que nos causan, esta  construcción se basa en la presunción de cualidades de una categoría, vale aclarar, lo que pensamos de algo a partir de cómo lo vemos y no necesariamente de cómo es en realidad, pero los sanmarquinos se han encargado de afirmar lo que todavía con dudas podía estar en el imaginario, con su actuar violento e irracional manifestado hace algunos días en la universidad de San Marcos con el vejamen del suboficial de tercera Roghell Medina Llaja que cumplía con labores de inteligencia en un seguimiento a miembros del MOVADEF en esta institución.

El problema del estereotipo es que no admite la excepción, las características que se adscriben al grupo,serán las mismas para todo sujeto que lo integre por el simple hecho de su pertenencia,así la comunidad sanmarquina es toda descalificada, ‘justos pagando por perturbados’. El otro problema es que  una vez fijado el estereotipo,este es de difícil supresión; pero lejos de pretender revertir esos esquemas de pensamiento el sanmarquino  lo reproduce y lo establece inalterable.

Aún si pretendieran justificar lo ocurrido como un hecho aislado y no como expresión delas características que se les atribuyen, fracasarían nuevamente. Por donde se le quiera ver es deplorable y vergonzoso que se haya golpeado y paseado desnudo con un cartel colgado al cuello a una persona, transgrediendo así sus derechos fundamentales. El artículo 1º de la Constitución Política del Perú que señala que “La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado” no puede ser interpretado al antojo y tener validez  cuando convenga.
En ese mismo sentido la seguridad y defensa nacional están por encima de la mal entendida ‘Autonomía Universitaria’. Esta es autónoma como claramente expresa el artículo 18 de la Constitución “en su régimen normativo, de gobierno, académico, administrativo y económico”, además, “las universidades se rigen por sus propios estatutos en el marco de la Constitución”. El que el recinto universitario constituya domicilio  institucional no significa por tanto que le escape a la constitución peruana ni a las leyes cual embajada de Kuwait o cualquier otra, como muchos equivocadamente han decidido interpretar.

La infiltración fue cuestionada recurriendo a la ley posteriormente, ya si existía un mandato judicial o si el Consejo Universitario había sido informado o no, no importó en el momento en que los estudiantes se ensañaron con el suboficial. Es evidente que este procedió indebidamente al realizar los disparos al aire y es lo que se debe sancionar, pero no se puede caer en el amarillismo de chillar que pudo terminar en una masacre para justificar la violencia y los excesos cometidos. Además sospecho que a algunos de estos personajes lejos de aliviarlos el que no haya habido víctimas los decepcionó, puesto que a veces no parecen lamentar la muerte sino que la aprovechan para alimentar odios y con ello promover más violencia.
Si el compañero estigmatizado desea hablar de derechos debe empezar por no transgredirlos.

Si bien los estereotipos son un conjunto muy simple de ideas pueden ser eventualmente utilizados como información valedera para asuntos más complejos en perjuicio propio. Actuar con coherencia y rechazar actos irracionales hará que esas connotaciones negativas acerca del sanmarquino se diluyan.

viernes, 23 de agosto de 2013

Reestructuración funcional. Propuesta de renovación para el APRA


Han pasado poco más de dos años desde que se convocó al Congreso Nacional Aprista luego de los resultados en las elecciones del 2011 que significaron un punto de quiebre de la relación entre la dirigencia, los militantes y el pueblo. En las últimas elecciones nacionales quedó claro para todos que la estructura del partido no ha respondido al cambio generacional ocurrido en el país desde los años noventa, quedando sus prácticas rezagadas tanto para la elección de candidatos como para la elección de autoridades partidarias, imponiéndose el desorden y la falta de legitimidad de las dirigencias causando reiteradas derrotas tanto a nivel local como nacional. Atrás quedaron los análisis que señalaban a una u otra persona como los causantes de la crisis partidaria, lo real es que frente a la arremetida de los enemigos del partido, éstos encontraon un partido dividido y con dirigentes desconectados de las bases por no tener una idea clara de cómo funcionar cuando el objetivo no es una campaña, sino defender el programa del partido.  


Ante este escenario, consideramos que cualquier esquema de renovación partidaria debe atacar los problemas fondo: desconexión del partido con los problemas ciudadanos, desmovilización de las bases, y falta de liderazgo legítimo para coordinar las acciones, temas de mínimo funcionamiento que se deben resolver de forma inmediata, inclusive antes de la realización del Congreso Nacional. Asumiendo que la disputa interna por el poder es un hecho natural de las organizaciones humanas, y de que el APRA por ser un partido democrático y popular va a tener siempre tendencias que enriquecen al colectivo, nos parece coherente proponer un esquema de renovación basado no en las correlaciones de fuerza internas, sino más bien en brigadas de trabajo funcionales que convoquen a la militancia para trabajar por temas que el partido considere se puedan explotar.

La renovación funcional no intenta ni espera reemplazar la necesaria elección de autoridades distritales y regionales del PAP, sino que busca enriquecer el proceso con la conformación de grupos de activistas apristas especializados por áreas de interés que tengan legitimidad para convocar a los mejores ciudadanos y actuar frente a los diferentes problemas de la sociedad así como concertar propuestas con miras a conformar redes estables de activistas y profesionales que avalados por el partido trabajarían como frentes de activismo político a nivel local, regional y nacional, activando las bases del partido de una forma dinámica, utilizando la infraestructura que actualmente se encuentra desolada, y empleando a los militantes en sus áreas de interés y no por el sólo hecho de ser apristas.


La creación de frentes ha demostrado en los últimos dos años ser la mayor fuente de activismo político aprista. Basta comparar la actividad de las decenas de “secretarias generales” que se han creado con el tiempo con el nivel de liderazgo logrado por grupos apristas que no están adscritos formalmente a la estructura partidaria o que lo están sólo formalmente pero activan en reacción a la coyuntura política. Para nadie es un secreto que en el año 2013 el APRA se ha visto refrescado por la aparición de movimientos apristas en las calles protestando contra el gobierno de Ollanta Humala, o que el partido a pesar de tener años de desventaja en el uso de redes sociales ha logrado captar un espacio y está actualmente en expansión, o que el equipo de futsal de la JAP ha logrado grandes méritos con poco o nulo apoyo institucional. La renovación funcional busca promover y expandir estos frentes de forma más o menos permanente para que el partido pueda volver a ser el referente político que debe ser.


Por último, es importante considerar que la conformación de estas brigadas de trabajo –o el nombre que funcione mejor- no puede ni debe ser en base a las necesidades de personas, sino de un análisis de cuáles son las potencialidades del partido y en donde es que es más posible insertarnos en el tejido social. A manera de ejercicio, propondríamos que se creen –entre otras- las siguientes brigadas:

  1. Centralizar las actividades de distritos pequeños en brigadas de trabajo de “macro distritos”, por ejemplo cuatro brigadas de trabajo para los distritos de Lima, buscando que centralizar la actividad de los pequeños sectores para poder coordinar propuestas de actividades en los diferentes conos de la capital. Lo mismo en otras ciudades de importante votación como Trujillo o Chiclayo.
  2. Creación de brigadas de trabajo sectoriales sobre Educación, Producción, Economía, Cultura, Conservación ambiental, etc.
  3. Creación de una brigada de trabajo que produzca o coordine con otras brigadas proyectos de ley y lograr presentarlos con otras fuerzas políticas o solos
  4. Creación de brigadas de trabajo de asesoramiento para municipios
  5. Creación de una brigada de trabajo para la reforma universitaria
  6. Creación de una brigada de trabajo para la reforma electoral
  7. Creación de una brigada de trabajo de seguimiento de objetivos del gobierno

Creemos que con un mínimo de liderazgo la renovación funcional podría darle nuevos bríos al Partido Aprista, alejándonos de la congelada apuesta a un congreso a donde se llegaría a una simple repartija de cargos sin base social ni programática detrás. Con la creación de las brigadas de trabajo se harían esfuerzos reales por insertarse en la población y promover a cuadros especializados de dentro y fuera del partido. De respetarse un cierto nivel de autonomía, la reestructuración funcional puede también convertirse en un excelente mecanismo para que el Congreso Nacional Aprista del 2014 discuta no solo personas sino también programas e ideas que diferencien a nuestro partido de los movimientos electoreros que rodean nuestra política.


Red Ojo Izquierdo


DISCURSO-PROGRAMA. Víctor Raúl Haya de la Torre


23 de agosto de 1931

En la tarde del 23 de agosto de 1931, Haya de la Torre pronunció el discurso que se inserta a continuación, ante un público que colmaba las galerías y el ruedo de la Plaza de Toros de Lima. Este discurso constituye la fundamentación inicial del «Plan de Acción Inmediata o Programa Mínimo» formulado por el Primer Congreso Nacional del Partido Aprista Peruano, que se reunió como culminación de los Congresos regionales y departamentales.


lunes, 12 de agosto de 2013

La centralidad del sufragio universal. Por Agustín Haya de la Torre

Ofrecemos el ensayo La Centralidad del Sufragio Universal de Agustín Haya de la Torre. Este texto es parte del libro Ensayos de Sociología Política y discute los aportes teóricos sobre la importancia del sufragio en la construcción de la democracia. El libro se puede encontrar en el Fondo Editorial de la Universidad Alas Peruanas


sábado, 10 de agosto de 2013

Alfredo Lorenzo Palacios: La Universidad Nueva (1925)

Un día como hoy el grito de Córdoba marcó el derrotero de la nueva Universidad y la esencia e influencia política de una generación de la talla de Víctor Raúl Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez, entre otros. Ap propósito de la reciente discusión por una nueva Ley Universitaria en importante subrayar que para los reformistas de Córdoba como Palacios, autonomía no significaba contubernio con la corrupción (La Universidad Nueva 1925)


Palacios en 1904, siendo el primer diputado socialista de América y jurando sin los evangelios como representante al Congreso argentino en 1932.



Ofrecemos a nuestros lectores una pulcra edición facsimilar de libre descarga en PDF dela obra La Universidad Nueva (1925) de Alfredo Lorenzo Palacios. Este libro orientó el movimiento reformista estudiantil de todo el continente, defendiendo en forma elocuente y documentada la autonomía universitaria, el derecho al cogobierno y una educación superior nacional, popular y científica.

El ejemplar que ponemos a vuestra disposición pertenece a la biblioteca de Andrés Townsend Ezcurra y lleva la dedicatoria manuscrita del autor, escrita diez años después: “A mi joven y talentoso amigo, Dr. Andrés Townsend, afectuosamente, Alfredo Palacios, Buenos Aires, diciembre, 1935”.


Alfredo L. Palacios (Buenos Aires 1878-1965) es uno de los grandes pioneros del derecho social y la unidad continental. Visitó el Perú en 1919 difundiendo la Reforma Universitaria de Córdoba, Argentina.  Fue amigo y colaborador de Víctor Raúl Haya de la Torre y Luis Alberto Sánchez e igualmente, además de maestro universitario, de Manuel Seoane, Luis Heysen, Enrique Cornejo Koster y Andrés Townsend.




Mayo de 1919: Homenaje de la Universidad de San Marcos de Lima al diputado Alfredo L. Palacios (sentado cogiendo su sombrero y su bastón). A su lado, sentado, Víctor Raúl Haya de la Torre.

Palacios  abrazó desde muy joven el marxismo, tal como lo difundían los primeros propagandistas socialdemócratas, y ayudó a fundar en 1896 el Partido Socialista argentino al lado de Juan Bautista Justo (1865-1928) quien fuera el primer traductor de El capital de Karl Marx.

Palacios fue elegido diputado por el distrito bonaerense de La Boca en 1904, siendo considerado el primer legislador de filiación socialista. Tuvo una modesta oficina de abogado Charcas 4741, en cuya placa se leía “Dr. Alfredo Lorenzo Palacios atiende gratis a los pobres”.  Palacios fue elegido al Congreso argentino en 1904, en 1912, en 1931, en 1932, en 1961 y en 1963. En ninguno de estos periodos pudo concluir su mandato, ya sea por golpes de Estado, medidas represivas o, en el último de los casos, por su propio deceso.


Convención socialista argentina de 1935 en La Plata: A la izquierda con las manos en la cintura, Andrés Townsend. Sentado, en el centro (con corbata de lazo) Manuel Seoane. Al extremo derecho, Alfredo palacios con sus clásicos bigotes.