Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros, la democracia es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia. O libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas. No queremos arrebatar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres; lo que perseguimos es crear nuevas riquezas para aquellos que no tienen ninguna. No queremos dictadores desde arriba, como en el fascismo, ni dictadores desde abajo como en el comunismo.

Víctor Raúl Haya de la Torre, entrevista con el periodista Harry Hirschfeld, 23 de abril de 1946.

lunes, 30 de julio de 2012

Homenaje a Carlos Manuel Cox

Carlos Manuel Cox, fundador del aprismo

Nació en Trujillo hace 109 años. Destacó profesionalmente como economista vinculado a los grandes problemas del desarrollo económico y social. Fue además un ejemplar político defensor de las causas populares. Su actividad intelectual y política dejó honda huella en México y por supuesto, en el Perú. Pero fue fundamentalmente un inquebrantable defensor del aprismo del cual fue fundador y organizador desde sus primeros días.

Carlos Manuel Cox Roose nació en Trujillo el 2 de agosto de 1902, hijo de Guillermo Cox Bueno y Alicia Roose. Cursó estudios en la Universidad de Trujillo, en las facultades de Letras (1919-1920) y Derecho (1921-1922). Luego continuó sus estudios de Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1924-1926) de Lima y en la Universidad de San Agustín de Arequipa (1926). Pero en esos años no alcanzó a terminar la universidad por su activa participación en los movimientos de protesta contra el gobierno de Augusto B. Leguía.

En Lima y Arequipa participó en las Universidades Populares “González Prada” y las primeras actividades organizativas del aprismo en condiciones sumamente difíciles. Fue desterrado a México en 1926, donde trabó amistad con Víctor Raúl Haya de la Torre y prestó apoyo a las actividades del APRA orientadas a la construcción de un movimiento continental antiimperialista. En México estudió Economía además de Derecho y se vinculó a importantes intelectuales con ideas afines al aprismo como Jesús Silva Herzog.

Retornó al Perú pocos meses después de la caída del Presidente Augusto B. Leguía (1930) y se incorporó al recién fundado Partido Aprista Peruano asumiendo el cargo de secretario general. Retornó a la actividad universitaria y política en su ciudad natal, donde se graduó de Bachiller en Letras (1931) en la Universidad Nacional de Trujillo.

Fue elegido diputado por La Libertad (1931) y se incorporó al Congreso Constituyente. Sufrió el desafuero impuesto por el gobierno de Luis M. Sánchez Cerro contra los congresistas opositores el 18 de febrero de 1932 y partió desterrado a Chile. No pudo volver al país hasta la formación del Frente Democrático Nacional que respaldó la candidatura presidencial de José Luis Bustamante y Rivero (1945). Fue elegido nuevamente diputado por la provincia de Trujillo y destacó como el más autorizado defensor de los planteamientos económicos del aprismo. Durante la primera legislatura de 1946 tuvo a su cargo la sustentación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley de creación del Congreso Económico Nacional, propuesta fundamental del aprismo que logró ser aprobada en dicha Cámara. La inestabilidad de la situación política no permitió su aprobación en la Cámara de Senadores.

Carlos Manuel Cox nuevamente tuvo que salir al destierro por efecto de las trágicas consecuencias del alzamiento cívico militar del 3 de octubre de 1948, que motivó nuevas medidas de persecución contra el Partido Aprista. Se estableció en México, donde concluyó estudios de especialización en la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma y trabajó como consultor de altas finanzas del Banco de México. En 1956, una vez concluido el período dictatorial, Cox retornó al país y retomó sus actividades intelectuales y políticas. Asumió la cátedra de Teoría Económica en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en su Facultad de Letras logró el grado de Doctor en Historia en 1957.

Luego fue elegido senador por el departamento de La Libertad en 1963 y ejerció esta alta responsabilidad hasta que el golpe militar de 1968 interrumpió sus actividades. Fue elegido diputado nacional a la Asamblea Constituyente (1978-1979); y senador de la República para el período 1980-1985. Falleció en Lima en 1998.

Carlos Manuel Cox nos dejó importantes libros de su autoría: En torno al imperialismo (1933); Dinámica económica del aprismo (1948); Utopía y realidad en el Inca Garcilaso (1965), estudio con el cual optó grado de Doctor; y, además, Los salarios en los ferrocarriles nacionales de México (1931), en colaboración con el mexicano Jesús Silva Herzog y el peruano Manuel Vásquez Díaz. También publicó Petróleo en Sudamérica (1941), en colaboración con Pedro E. Muñiz, entre diversas otras obras.

Diciembre de 1967, Carlos Manuel Cox con Andrés Townsend en la reunión de la Comisión Económica de las Naciones Unidas.

12 de agosto de 1968, celebrando en el PAP un homenaje a los presidentes de las Cámaras legislativas.



Pensamientos de Carlos Manuel Cox

(Gentil cortesía de su hijo Enrique Cox Cassinelli)





miércoles, 4 de julio de 2012

El concepto de aprismo y democracia. Por Chiara Ode


Ponencia ofrecida en la Segunda Sesión del Módulo 1 de What`s APRA el 27 de agosto de 2011.
Por Chiara Ode, estudiante de la PUCP

El texto que comentaré a continuación (“El gran desafío de la democracia”) es un texto inédito de Haya de la Torre, publicado por primera vez en el libro Pensadores de la República (Ceplan 2011), que es una antología de pensadores peruanos del siglo XX cuyas propuestas guardan vigencia a pesar del tiempo que ha transcurrido. El texto de Víctor Raúl, que es el que nos compete, es la transcripción de un discurso ofrecido en el Teatro Municipal de Lima el 6 de octubre de 1945.

El concepto de aprismo y democracia se remonta al discurso de Víctor Raúl Haya de la Torre ante el primer congreso del Partido Aprista,  que se llevó a cabo el 20 de agosto de 1931. Discurso en el cual se preparó ideológicamente al partido para iniciar la campaña electoral de ese mismo año, cuando se rivalizaba con el candidato de derecha Sánchez Cerro. Allí se expresó lo siguiente:

“El aprismo es un partido democrático de izquierda. Considera a la democracia como una función tanto política como social. Vale decir, otorga a la concepción democrática un contenido funcional. La democracia “pura”, liberal, exclusivamente política es la que caracteriza a los Estados en los que solamente se vela por la igualdad nominal de los hombres ante la ley, movidos por un gaseoso ideal de libertad individual y nacional. El aprismo —y esta es su esencial diferenciación de los viejos partidos y las totalitarias y dictatoriales internacionales comunistas y fascistas— considera a la libertad del hombre como ciudadano y como trabajador, inseparable de la justicia social. Por tanto, su concepto de una libre democracia es inherente a la de una democracia económica.”

En la anterior cita, cuando Víctor Raúl se refiere al “contenido funcional” que debe tener la democracia, se apela a la idea del aporte laboral, desde distintas especialidades, que debe encontrar su lugar y su modo de aportar a un democracia que no sea meramente nominal, ni formal.

El día de la ponencia
Cabe reparar en la acusación que se suele hacer al aprismo respecto a promover un programa revolucionario violento —lo cual no es cierto— porque el partido aprista siempre luchó para que se restituya la constitucionalidad como condición para luego llevar las reformas sociales a cabo, pero siempre a través de la democracia.

En el mismo discurso, encontramos lo siguiente:

“La democracia de izquierda en Nuestra América se nutre de una tradición de  libertad inspirada en los ideales de las revoluciones norteamericana y francesa.”

El concepto de izquierda democrática abarca tres principios fundamentales que se remontan a los fundamentos de la independencia americana, tanto de los EE UU como de América latina y a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa. En primer lugar está el concepto de tener una especial consideración hacia los más pobres. En segundo lugar, se asume la famosa frase: “gobierno del pueblo para el pueblo y por el pueblo”, es decir la soberanía popular. En tercer lugar encontramos la defensa de la democracia contra todo acto usurpador del poder soberano del pueblo. El término “izquierda democrática” responde también a esta tradición de libertad revolucionaria que el aprismo defiende con mucho celo. Modernamente se denomina “derecho a la insurgencia ciudadana” que Haya de la Torre propuso en la Constitución de 1979, quedando escrito en el Artículo 82 de la siguiente manera:

“Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos en violación de los procedimientos que la Constitución y las leyes establecen. Son nulos los actos de toda autoridad usurpada. El pueblo tiene el derecho de insurgir en defensa del orden constitucional”.

Frente a estos dos precedentes el aprismo se ha mantenido firme defendiendo estos principios de justicia social que se resumen, en síntesis, en la fórmula de “pan con libertad”, que también puede expresarse así: ni libertad sin pan, ni pan sin libertad; ni democracias sin justicia social, ni dictaduras que prometen justicia cercenando la democracia. A propósito de lo anterior nos podemos detener en una reflexión de Víctor Raúl: “La democracia responde que comer sin libertad es el destino de un prisionero”.

Los principios antes mencionados están ampliados y fundados de manera prevalente en el discurso antes mencionado, titulado “El gran desafío de la democracia”; pero antes de adentrarnos en él es importante ubicarnos en el contexto. La coyuntura de fines de la Segunda Guerra mundial abrió puertas muy importantes para la democracia, pues se había vencido al totalitarismo en nombre de esta. Y por consiguiente, la democracia se convirtió en el principio ordenador del mundo de la post-guerra. Por esta razón, una de las primeras consecuencias del fin de la II Guerra Mundial fue la convocatoria a la fundación de la ONU y el establecimiento a nivel mundial de los DD HH que se logró finalmente en 1948.

Haya de la Torre consideró fundamental que todos los países y especialmente los de América Latina se convencieran de la necesidad de erradicar las dictaduras. La principal referencia para ello eran las cuatro libertades proclamadas por Roosevelt. Dicho sea de paso, este es el primer discurso de un Presidente de los Estados Unidos donde se incluye el derecho a la justicia social, como parte de los derechos democráticos.

lunes, 2 de julio de 2012

MARX, EL COMUNISTA BOHEMIO - Hugo Vallenas

Si Karl Marx hubiera pasado su juventud en los barrios bajos de Liverpool durante la década de 1950, seguramente lo habrían visto reñir a navaja limpia con John Lennon, ambos ebrios, desaliñados y vestidos con jeans y casacas de cuero. Durante sus días de estudiante universitario en Bonn y Berlín, Marx era el prototipo del desadaptado: ropas descuidadas y extravagantes, cabellos demasiado largos, afición a la vida libertina.

En Bonn fue arrestado por la policía y sancionado por las autoridades universitarias por “desorden callejero nocturno y ebriedad”. En Colonia tuvo otro arresto por involucrarse en un duelo y portar “armas prohibidas”.

Su padre –un esforzado abogado judío de Tréveris– le escribía en 1837 preguntándole cómo era posible que gastase en Berlín 700 táleros al año “mientras los jóvenes ricos no gastan más de 500”...

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