Nosotros no empleamos la democracia como paso o compás de espera para el socialismo o el comunismo; para nosotros, la democracia es una meta en sí. No queremos pan sin libertad como en Rusia. O libertad sin pan como en otras partes. Queremos ambas cosas. No queremos arrebatar la riqueza a los ricos para dársela a los pobres; lo que perseguimos es crear nuevas riquezas para aquellos que no tienen ninguna. No queremos dictadores desde arriba, como en el fascismo, ni dictadores desde abajo como en el comunismo.

Víctor Raúl Haya de la Torre, entrevista con el periodista Harry Hirschfeld, 23 de abril de 1946.

lunes, 3 de agosto de 2015

Cuando el APRA enseñó democracia - La Convivencia

Hay pocos capítulos en la historia Republicana más polémicos que la elección y presidencia de Manuel Prado entre 1956 y 1962. Para la mayoría, la interpretación de esa elección sigue siendo uno de los temas de mayor polarización entre las fuerzas las fuerzas políticas del país, dado que el APRA brindó su respaldo al Movimiento Democrático Pradista a pesar de que Prado había liderado un gobierno que mantuvo al APRA en la ilegalidad.

Para esclarecer este asunto, publicamos el discurso "UN AÑO DE DEMOCRACIA" de Ramiro Prialé, pronunciado frente a una convocatoria aprista para evaluar los avances de la cultura democrática. En este evento se expusieron las razones para el aprismo lograr el acuerdo democrático con Prado y la afirmación de la doctrina democrática del Partido Aprista.  Lo acompañamos con un pequeño comentario de Luis Zaldívar sobre el proceso de toma de decisión de los apristas para orientar su voto en esas elecciones y con un audio con la lectura de parte del discurso


domingo, 2 de agosto de 2015

Homenaje a Víctor Raúl

2 DE AGOSTO - A 36 AÑOS DE LA PARTIDA DE VÍCTOR RAÚL
Enrique Valderrama Peña

En momentos críticos donde el aprismo se ve frente a un necesario debate interno, en donde necesariamente debe optar por remozar su dimensión organizacional, relanzar su programa y tratar de volver a ser el Partido Escuela, maestro educador de los sectores desfavorecidos y con un claro liderazgo social debemos necesariamente evocar los valores éticos y la capacidad de reflexionar acerca de la realidad espacio temporal que tuvieron los fundadores de esta corriente de pensamiento continental. Es hora de buscar los referentes del pasado para encarar el futuro. En ese sentido el día de hoy debemos pensar en la vida y obra del fundador y líder del aprismo, a 32 años de partir en viaje a las estrellas.                
                     
Es difícil describir, con algún atisbo de precisión, los sentimientos colectivos e individuales que originan  la partida  y el recuerdo de un hombre cuya trascendencia rebasa los límites que las fronteras imaginarias y antojadizas le dictan desde el nacimiento, negando el justo derecho del luto que de él podrían reclamar todas las naciones del continente. Es complicado, además, no caer en la retahíla de epítetos inflamados que suelen verse plasmados en los folletos, volantes y ardorosos discursos que son protagonistas en los aniversarios de las exequias de los grandes 
hombres que marcaron la pauta de los tiempos.

Encumbrados, incomprendidos, perseguidos e idolatrados, estos ejemplos que la historia nos manifiesta hacen aprehender cabalmente el legado de los alfareros de los nuevos tiempos de no dejarse vencer por  las adversidades circunstanciales, sino más bien de avanzar convencidos firmemente de sus ideas y acciones en busca de su lugar en la gloria.  Uno de los pocos personajes que puede ser visto en esta magnitud es el Libertador Simón Bolívar, hacedor de repúblicas, venerado en Bolivia, La Gran Colombia y el Perú, primer responsable además de un intento de unidad de la América no angloparlante, pero no es el único . . .

Como él hay otro personaje de trascendencia continental que nos reúne a evocarlo hoy, hacedor de nuevas consciencias, aglutinador de esperanzas, que tuvo además una partida hacia el infinito mucho más feliz que la del caraqueño en Santa Marta. Es el caso de Víctor Raúl Haya de la Torre, quien con más de seis décadas como incansable luchador social nos dejó a los apristas la luz de una doctrina , a los peruanos el ejemplo heroico del sacrifico por la democracia y a los indoamericanos la búsqueda obstinada de la unidad continental que garantice nuestra total 
libertad y desarrollo.

Desde el asiduo visitante a los obreros anarcosindicalistas y sus bibliotecas, el bohemio y esteta miembro del célebre grupo de la Bohemia de Trujillo hasta el político consagrado a la lucha por la democracia y la justicia social Haya de La Torre demostró su profunda vena social y su habilidad para poder encarar los desafíos de los nuevos tiempos. El contexto político literario continental ayudó de manera inestimable a la generación que iba a protagonizar luchas en nombre del Antiimperialismo y por la soberanía popular. Los nuevos tiempos dictaban un sentido obligatorio de originalidad latinoamericana en los escritores y jóvenes de vanguardia. Inspiradores de esta corriente en diferentes espacios y niveles son  Manuel Ugarte, José Ingenieros, Alfredo Palacios, Vasconcelos, José E. Rodó, etc. Haya de la Torre bebió de todos ellos.

Su formación ideológica es quizás una de las más ricas y complejas de cuantos líderes políticos e intelectuales en el continente se puedan preciar, recibió influencias de diversas corrientes de pensamiento, que allá, en otras mentes contemporáneas habían forjado adhesiones dogmáticas y ortodoxas; acá, en el brillante sanmarquino generaban un proceso de evaluación e incorporación de lo positivo y descarte de lo incompatible con el acontecer y las especificidades continentales y peruanas. Hasta el exilio de 1923 fue tal vez el mejor representante del anarcosindicalismo peruano. Es en los primeros años de su actividad social y política un lector intenso de Manuel González Prada, Bakunin, Kropotkin, Proudhon, Malatesta y otros anarquistas. De estos años heredó la rebeldía contra el orden injustamente establecido y la disciplina personal y moral, valores que el aprismo también heredara de su fundador.

Hasta su regreso del exilio en 1931, caído el régimen de Leguía, cuando postula a la Presidencia del Perú, Víctor Raúl recibe  influjos políticos considerables venidos de la revolución mexicana, la reforma universitaria, la experiencia del Kuo Ming Tang chino y la revolución bolchevique de Rusia. Además de ello es sensible a fuertes influencias intelectuales procedente de su estudio exhaustivo del marxismo, sobre todo en Inglaterra. A partir de ese riguroso buceo en las teorías de Marx y Engels, Haya de la Torre pudo, en su ya cuajada capacidad de síntesis y filtro de lo mejor, refutar a los comunistas criollos y a los representantes de la III Internacional o de las ligas o reuniones antiimperialistas (como el congreso de Bruselas de 1927) infectados del tinte impositivo del naciente stalinismo

En el I congreso del Partido del Pueblo en 1931 se delinearán los pilares básicos de la doctrina que nos empuja a luchar hoy día por la libertad y la igualdad con la misma intensidad que motivó a los miles de apristas que entregaron sus vidas por defender nuestro credo político, en el que encontraban el único medio de salvar al Perú de las garras del imperialismo y el desdén de los poderosos hacia el dolor de las mayorías. Se afirman y agregan varios conceptos en este encuentro partidario, por ejemplo  el antiimperialismo,  la unidad continental, el frente único, la ambivalencia del capitalismo, el estado antiimperialista, el congreso económico nacional, la revolución social etc.

A partir de allí empieza una agitada persecución de aquellos enemigos del pueblo y  de su causa democrática, que infringirán al “Jefe” del APRA y a sus compañeros los más cruentos padecimientos y el mayor ensañamiento que la historia peruana registre hacia un grupo de determinada corriente de pensamiento. Sin vacilar, la causa del aprismo siguió en pie a pesar de dictaduras civiles, militares, de derecha, de seudo izquierda y de las hordas asesinas de la subversión, entregando en el camino la sangre de muchos hijos de la patria, ya que el sino reservó para los apristas la tarea de ser el soporte del sistema democrático a lo largo de los tiempos.

Con breves lapsos de democracia o cese de las hostilidades de parte de los gobernantes, en su mayoría gendarmes del régimen oligárquico y plutocrático, la producción doctrinaria e intelectual de Haya de la Torre resistió el embate de las circunstancias y pudo publicar “El Antiimperialismo y el APRA”, escribir  y publicar “Espacio, Tiempo Histórico”, “Treinta años de Aprismo”, “Toynbee frente a los panoramas de la historia” entre otros importantes textos. Bajo estos títulos y algunos otros aportes entre libros y artículos pudo mantener el timonel del aprismo en una dirección segura acuñando términos y definiendo metas; producto de estas disquisiciones teóricas nacen el “interamericanismo democrático sin imperio”, la democracia funcional, la teoría del espacio-tiempo, la acción contra “todo” imperialismo, etc.

Víctor Raúl y el aprismo fueron los inspiradores de una nueva forma de entender la política y el cambio social en indoamérica, tuvo influencia en Costa Rica y Cuba, donde incluso se formaron Partidos Apristas, en Chile ,mediante el Partido Socialista., en el Movimiento Nacional Revolucionario de Bolivia, en Acción Democrática de Venezuela, en los radicales y socialistas argentinos, etc. Los líderes de estos movimientos, hermanos del aprismo, reconocían en Haya de la Torre  el conductor de una generación continental privilegiada.

En el campo orgánico-partidario se caracterizó siempre por ser impulsor de la democracia interna, del cuidado de la reputación de moral y austeridad de los militantes, de la inserción del aparato del Partido en todos los segmentos de la sociedad, de la promoción de los cuadros jóvenes a quienes adoctrinaba y llenaba de responsabilidades forjando en ellos la esperanza de conseguir la justicia social. Este anhelo, que sabía la vida no le permitiría al trujillano, quién sólo pudo ver premiado su esfuerzo con la libertad y la democracia, siendo su principal protagonista como Presidente de la Asamblea Constituyente de 1979., fue lo que lo impulsó a dar batalla por seis largas décadas.

Expiró un día como hoy hace 32 años, en medio de la consternación de todo un pueblo acostumbrado a su aura protectora y paternal.

La vida del “Viejo León”  estuvo llena de firmeza en la acción, claridad en el pensamiento, sacrifico, alegría y sobre todo apego profundo por la libertad, la democracia y la reivindicación de los más excluidos del país. Su funeral fue el más multitudinario que se recuerde en el Perú, su muerte la más llorada, luchemos compañeros porque su legado sea el más difundido, su causa la más reivindicada y por supuesto por que su Partido sea el más representativo del pueblo. Es sin duda una ardua labor que hoy más que nunca nos debe convocar a trabajar en esa senda.

Hoy a 32 años de la partida del fundador de este titán Atlas de la democracia llamado APRA, sobre cuyos hombros y hombres descansa el firmamento de la ilusión de los que creemos en una sociedad indoamericana unida, justa, libre y desarrollada, una sola cosa podemos afirmar sin temor a incurrir en el error : que la profecía del vate universal Vallejo que le hiciera a Haya de la Torre, cual zahorí, se cumplió con creces : “ Yo poeta brindo mi copa por este pichón de cóndor  . . . yo poeta, anuncio que volará  muy alto y será grande, grande“

 Quizás si el Doctor José Domingo Choquehuanca (Alcalde de Azángaro en 1825) hubiese vivido las acciones heroicas de Víctor Raúl, le hubiese dedicado el verso que le recitó al Libertador Simón Bolívar, premonitoriamente la mañana de un 2 de agosto:  “ . . .Con los siglos vuestra gloria crecerá como crece la sombra cuando el sol declina” . . .

 Viva Víctor Raúl Haya de la Torre!!!
 Viva el APRA!!!
 Viva el Perú!!!