«Los fusilamientos de Chan Chan». Óleo sobre tela, Felipe Cossío del Pomar, 1938.
Lo que la historia recuerda como “revolución aprista de Trujillo” no se circunscribe a los sucesos ocurridos en esa ciudad entre los días 7 y 12 de julio de 1932. Fue la expresión más alta de un proceso de alcance nacional, que abarcó también Lima, Callao, Cajabamba, Huari, Huaraz, Cajamarca, Chiclayo y otras ciudades y concluyó con el alzamiento del Comandante Gustavo “Zorro” Jiménez entre los días 11 y 15 de marzo de 1933.
Fuerzas del gobierno tomando la trinchera de Mansiche
Tuvo como finalidad doblegar la tiranía de Sánchez Cerro, restituir las plenas libertades y convocar a elecciones limpias. Fue el ejemplo vivo del compromiso aprista con la defensa del derecho del pueblo a la insurgencia contra toda dictadura.
El pueblo aprista mantiene vivo este recuerdo y este compromiso. Los invitamos a leer el esclarecedor ensayo de Hugo Vallenas respecto a las malas prácticas de algunos historiadores sobre los hechos de la revolución.
Alfredo Tello Salavarria, jefe de la resistencia popular durante los combates contra el ejército, en la clandestinidad después de la revolución de Trujillo
Por las trincheras rojas de Trujillo
hoy la mañana ha extendido su llanto,
y el valle palpita como un corazón tatuado.
44 corazones silenciosos, silenciosamente
fríos como los volcanes de las cordilleras,
yacen en tierra con la vida sumergida en sangre.
Los hombres no olvidamos… ¡27 de julio!
Como la imagen de la madre grabada en los ojos
los compañeros fusilados están enterrados en nosotros.
Serafín Delmar, 1934.
[Poema en recuerdo de los 44 revolucionarios apristas sentenciados a la pena de fusilamiento por la Corte Marcial instalada en Trujillo. Antes ya habían sufrido esa pena ante los muros de Chan Chan, por orden directa del dictador Sánchez Cerro, centenas y centenas de combatientes sin juicio alguno de por medio]
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