Izquierda: La fundación de Lima según pintura de Francisco González Gamarra. Derecha: retrato anónimo de época de Francisco Pizarro con atavíos de marqués. |
Una de las tareas más importantes encomendadas por el rey de España a los conquistadores, fue la
fundación de ciudades. Implicaba establecer territorialmente, con patrimonio,
rentas y una jurisdicción precisa, a las autoridades políticas, religiosas,
administrativas y militares, asignando al mismo tiempo solares y campos a los
expedicionarios según sus rangos y merecimientos. Sólo el capitán general o sus
directos representantes podían hacerlo, siguiendo un protocolo muy preciso.
El acto
fundacional se realizaba en la mañana, a “hora de misa mayor”, en el centro de
la futura plaza mayor, sobre el “rollo o picota” (un tronco clavado en el suelo
con la punta superior tajada) que representaba “la justicia del rey” (porque
allí se harían las ejecuciones de los condenados). Estaban presentes el
gobernador o sus representantes, un sacerdote y un escribano, los futuros
integrantes del cabildo, los futuros vecinos y los testigos invitados. Luego se
procedía a:
- La proclamación: Con la espada desenvainada, el capitán fundador anunciaba
solemnemente el nombre de la ciudad a fundarse en nombre de Dios y el rey.
- El desafío: Siguiendo un rito medieval, el capitán fundador retaba a disputar
con las armas cualquier protesta o discrepancia con dicha fundación.
- La ejecución: El capitán fundador hería de arriba abajo el rollo o picota y
declaraba la ciudad fundada. El sacerdote daba su bendición y luego todos
los presentes firmaban el documento preparado por el escribano dando fe
del acto. A continuación se instalaba el cabildo y se repartían los
solares de los vecinos.
Cómo eran las primeras
ciudades
El trazo
de las ciudades se hacía a cordel, siguiendo un patrón ajedrezado. Las calles
rectas permitían una mejor vigilancia ante cualquier peligro. En el lugar
escogido para la fundación de una ciudad debían trazarse previamente:
- La plaza mayor (también
llamada plaza de armas, porque allí se reunían los vecinos para organizar
su defensa).
- Las sedes de las autoridades
(alrededor de la plaza).
- Los solares para los
vecinos notables (en torno a la plaza y las calles principales).
- La iglesia, el hospital
y los lugares para expendios y servicios.
Las
calles eran “jirones” rectilíneos, divididos en “islas” o “manzanas” cuadradas.
Cada “manzana” debía comprender cuatro solares, compartiendo un pozo de agua.
Cada solar tenía puertas sobre dos calles e incluía una esquina. Se edificaban
de piedra o adobe con altas murallas y puestos de vigilancia, como pequeños fortines.
“Vecino” no era lo mismo
que “poblador”
Todos
eran pobladores pero sólo algunos
españoles notables podían ser vecinos,
con derecho a ser aspirantes a ocupar cargos en el cabildo. Es decir, los
pobladores tenían jerarquías. Éstos podían ser:
- Vecinos (eran los notables con derecho a poseer tierras y “encomiendas de
indios”).
- Moradores (eran los vecinos con derecho a vivienda propia pero sin tierras
ni encomiendas).
- Estantes (los que vivían de su trabajo alquilando una habitación).
- Pasantes (los forasteros viajantes).
Un
problema social frecuente en las nacientes ciudades era el exceso de pasantes, ya se trate de simples
aventureros o de soldados descartados de expediciones desafortunadas. Muchas
“entradas” y fundaciones en lugares apartados tuvieron como finalidad dar a
estos vagabundos algún destino.
Por
razones de seguridad o por desventajas geográficas, la mayoría de las ciudades
fundadas bajo mandato de Pizarro
fueron trasladadas o refundadas. Cusco
(fundada sobre la antigua ciudad imperial inca), Lima y Trujillo son las
únicas que se mantuvieron en su emplazamiento original.
Plano de lima a mediados del siglo XVI |
La fundación de Lima
Pizarro fundó la
Ciudad de Los Reyes de Lima el 18 de
enero de 1535. Antes había pensado hacerlo en Pachacámac, lugar que los naturales del valle le aconsejaron para
fundar la capital por ser un antiguo centro religioso. Siguiendo ese consejo, Francisco Pizarro llegó a Pachacámac el 29-XII-1534, decidido a
fundar en esa región la capital de la conquista, luego de haber cambiado de
opinión respecto a Jauja por su lejanía del mar.
Envió
desde Pachacámac tres jinetes a
hacer una inspección: Ruy Díaz, Juan Tello y Alonso Martín, quienes luego de
vencer con gran dificultad el gran arenal de la Cuesta del Hambre (hoy conocida
como Lomo de Corvina), quedaron deslumbrados con el verdor del “valle de las
pirámides” que vieron a sus pies.
El curaca
local, Taulichusco, se mostró
amigable y hospitalario. Poco antes, Nicolás
de Ribera el Viejo había propuesto a Pizarro
fundar la capital en tierras de Ica
pero el capitán general gustó más del valle de Lima por las noticias sobre su fertilidad y por la bahía apropiada
para puerto ubicada a pocas leguas.
Luego de
fundar la Ciudad de Los Reyes de Lima el 18-I-1535, Pizarro nombró
cabildo presidido por Nicolás de Ribera
el Viejo el 22-I y partió al norte, a fundar la ciudad de Trujillo. Antes de concluir ese año, Lima ya contaba con un activo puerto y
tenía hospedaje, zapatería, carpintería, herrería, espadería, cerrajería y
carnicería. Pronto hubo iglesias y monasterios.
Una bula
del papa Paulo III, del 14-V-1541,
dio origen a la diócesis de la Ciudad de
los Reyes, desmembrándola de la del Cuzco
y sujetándola a la de Sevilla. La
corona española le concedió escudo de armas el 7-XII-1537.
precisando las fechas, la ciudad de Lima se fundo el 28 de enero de 1535, por el cambio del calendario Juliano por el Gregoriano, osea un error de 10 días, cosa que han hecho algunas ciudades importantes del mundo, esperemos que lo mismo pase con el Perú, en este caso su capital, saludos nacionales........viva Lima, viva el Perú...hacia una nueva reconstrucción nacional......cuídese mucho
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