El Día Internacional de la Mujer es el reconocimiento de toda la humanidad a las personas que lucharon por que las mujeres sean tratadas de manera igualitaria que los hombres. Esta lucha ha sido larga, no ha sido fácil y todavía no acaba, pero si hay una barrera que todas las sociedades tienen que tumbar es la de tener mujeres autónomas, libres de escoger su destino y con las mismas oportunidades que los hombres en todos los campos de acción.
Este 8 de marzo no celebramos a la mujer de forma abstracta, general; en vez, celebramos los esfuerzos de las que no se quedaron con la cabeza gacha y a los hombres que colocaron derechos femeninos en su ideario. Celebramos a los movimientos laboristas europeos y norteamericanos que pusieron este tema en la agenda para sus países -los primeros en reconocer el problema de la mujer como una categoría distinta que la de otros abusos. Celebramos la iniciativa de 1928 cuando se creó la Comisión Internacional de la Mujer (CIM) para extender el voto femenino por Latinoamérica. Celebramos a las mujeres y hombres que lucharon en las calles para permitirse tener un lugar en la sociedad. Pero sobre todo, celebramos a las mujeres que en el Perú lucharon por los derechos de todos desde las organizaciones sociales y desde cada uno de nuestros hogares.
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