Tomado de www.project-sindicate.org/commentary/neuding1/English
Traducido por Luis Zaldivar para www.ojoizquierdo.pe
El multiculturalismo estatal ha fallado. La proclamación del primer ministro británico David Cameron siguiendo renunciamientos similares al multiculturalismo de la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy implica que una página ha sido volteada en la sociedad europea. ¿Pero será esto así?
El ataque de Cameron al multiculturalismo fue sin rodeos. “Francamente –dijo el ministro-, necesitamos menos de la tolerancia pasiva que ha habido en los últimos años y mucha más de de liberalismo activo y enérgico”. El no estaba criticando pluralismo étnico o cultural, sino la idea del “multiculturalismo estatal”, el cual aplica estándares morales diferentes para varios grupos sociales. Cameron declaró que en el futuro, los grupos musulmanes que no apoyan cosas como los derechos de la mujer, la libertad de expresión, o promuevan la integración perderán todo apoyo económico estatal.
Sin embargo, no es solamente el multiculturalismo oficial el que ha fallado en Europa; también el multiculturalismo apoyado por grandes bloques de la sociedad civil europea. Suecia, uno de los países más liberales en el mundo, pero que también ha visto una reciente escalada del extremismo, es un buen caso de estudio.
Suecia ha sido conocida por muchos años por su estilo de vida liberal. Los suecos son mayoritariamente seculares e indiferentes a la iglesia sueca. Los homosexuales se han podido registrar para uniones civiles desde 1995 y se casan desde el 2009, y el país tiene una de las interpretaciones más radicales de los derechos de la mujer – como ha podido comprobar el fundador de wikileaks Julian Assange[1]. Además, la portentosa libertad de expresión sueca es una de las razones por la cual Assange situó los servidores de Wikileaks en el país.
Pero la libertad de expresión sueca fue también uno de los motivos detrás del ataque suicida en Estocolmo en diciembre del año pasado. De acuerdo al último testamento del atacante, un ciudadano sueco llamado Taimour Abdulwahab, los compradores navideños en el centro de Estocolmo tenían que morir en respuesta al apoyo de Suecia a Lars Vilks, un artista que desató ira en el país con dibujos del profeta Muhammad convertido en perro. Vilks argumentó que su trabajo era una provocación dirigida a revelar el liberalismo selectivo en la élite intelectual sueca – es decir su multiculturalismo.
El atentado suicida de Estocolmo no fue el primer acto de violencia relacionado a Vilks. Dos jóvenes fueron recientemente sentenciados a prisión por tratar de prender fuego a la casa del artista. Durante una charla en la universidad de Uppsala el verano pasado, un grupo atacó a Vilks, quien enseña historia del arte, mientras lloraban Allahu akbar. El artista de 64 años fue golpeado de un encontrón, pero escapó daños serios gracias a una fuerte protección policial.
Lo que es resaltante no son solamente los atentados de violencia contra Vilks –cualquiera que duda de la determinación de un extremista Islámico en Suecia debería ver un video de youtube de esa charla- pero la reacción del usualmente radical élite secular sueca. Un número de intelectuales y políticos han dirijido su crítica más fieras a Vilks, no contra los que han pedido su censura e incitado a la violencia.
Solo unos pocos periódicos y revistas del país publicaron los dibujos de Vilks. Como el cineasta holandés Theo van Gogh mencionó y el novelista británico Salam Rushdie afirmó antes de él, Vilks ha sido criticado por liberales y la izquierda por causar conmoción con su arte. En ese respecto, el trabajo de Vilks debe ser reconocido como victorioso en exponer los dobles estándares morales sin importar lo que uno piense del dibujo mismo.
En Suecia, así como en la similarlmente liberal Holanda y Dinamarca, populistas de derecha se han beneficiado del fracaso liberal en sentar posición por sus valores. Los representantes de los Demócratas de Suecia (DS), un partido proveniente del movimiento supremacista blanco sueco, entró al parlamento por primera vez en Septiembre del 2010, con el apoyo del 5.7% del electorado sueco. Los demócratas suecos han buscado posicionarse como los únicos defensores de los judíos y homosexualfrente a la intolerancia promovida por la gran migración musulmana de las últimas dos décadas. Los suecos que se sienten alejados de la plataforma original del DS están aparentemente receptivos ha ser representados por un partido que hasta hace poco era completamente neo-nazi.
Así, la falta de un “liberalismo enérgico” en uno de los países más liberales le ha allanado el camino a los populistas islámicos y derechistas. Los políticos europeos más influyentes han hablado, es tiempo de que la sociedad civil europea –sus periódicos, críticos, académicos, publicstas – declaren que el multiculturalismo ha fallado y mostrar algo de coraje en defender los valores que dicen patrocinar.
[1] El citado fue declarado culpable de un caso de violación
Sin lugar a dudas, una posición certera que no sólo atañe a los grupos musulmanes, sino tambien los 'estragos turcos' en Alemania o 'los paquis' en Inglaterra. En definitiva, el fracaso del multiculturalismo estatal ha sido en parte uno de los factores desencadenantes de la actual crisis, ya que, precisamente son estos grupos 'subsidiados' por el Estado, los cuales no se integran al sistema y desarrollan ingenetes capitales bajo modalidades de economía informal.
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